El 16 de septiembre de 1985, a 21 años de su creación,realizó un reportaje acerca de cómo se hizo el Museo Nacional de Antropología. Para ello entrevistó a Ramírez Vázquez y otros especialistas que formaron parte de su equipo, como Ricardo Rovina y Luis Aveleyra. El 17 de septiembre de 1964 fue inaugurado el Museo Nacional de Antropología, mes y medio antes de que López Mateos dejara el cargo de presidente.
El Museo Nacional de Antropología se edificó sobre una superficie de 70,000 m2. En la planeación, su ubicación estratégica fomentaría una nutrida afluencia y tendría afinidad con el entorno natural. Su diseño materializó el respeto a la tradición de los pueblos prehispánicos, al tiempo que conservó sus valores y constantes culturales.
El Vestíbulo fue diseñado para orientar y distribuir a los visitantes. Al centro se ubica un promontorio que representa la pirámide de Cuicuilco, pensado originalmente para exhibir la “Pieza del mes”. Hoy se utiliza para exposiciones periódicas de objetos del museo o de instituciones foráneas. Las salas fueron distribuidas alrededor del núcleo central, de modo que es posible recorrerlas siguiendo un circuito continuo o de manera aislada, según el propio tiempo e interés. El patio se dividió en dos zonas contrastantes según la luz que reciban: El paraguas y el área dominada por un estanque ligado a la Sala Mexica, que permite rememorar el origen lacustre de esta cultura.
Durante la primera mitad del siglo XIX se hicieron reestructuraciones en el museo que, a la par de la consolidación de las disciplinas científicas especializadas, generaron que una sección importante del acervo del Museo Nacional se fragmentara y se distribuyera en sedes estatales.
Los cambios provocados por la nueva organización del museo trajeron consigo la idea de un nuevo recinto que albergara la creciente colección. Ese objetivo se alcanzó en 1963 cuando inició la construcción del edificio del Bosque de Chapultepec.Uno de los objetivos de construir un nuevo edificio era mejorar los métodos que permitieran estudiar, conservar y divulgar el patrimonio cultural, amenazado constantemente por elementos naturales y el saqueo agresivo, así como incorporar gradualmente los patrones de vida indígena a la realidad social del país por medio de la etnografía nacional.
Frente al museo Nacional de Antropología vemos una escultura de piedra enorme, por lo general la población de México lo conocen como Tláloc dios de la lluvia.
Se encuentra sobre la av. Reforma de nuestra CDMX sobre un espacio realmente desolado con un fondo con árboles, ya que está a un costado del Bosque de Chapultepec, sobre una plataforma semejando el agua como parte de la pieza. La arquitectura de la escultura no ha sido cuidada tal cual, ya que se ha ido desmoronando poco a poco por estar en un lugar que no es el adecuado para el monolito su brazo izquierdo ya no existe, parte de su vestimenta, ya no se visualiza a ver el grabado que tiene sobre su túnica sus dobleces ya tienen daño, su ojo derecho se ve más profundo y el izquierdo se está perdiendo no se alcanza a ver sus rasgos.
Actualmente sobre reforma nos encontramos áreas verdes acordes a la temporada con un estatua que asemeja unas alas en la cual la gente se puede retratar robando un poco la atención hacia al museo al cruzar hacia el museo se encuentra una parada del metrobus que sirve en ocasiones para que se pare el camión turístico que sale del centro de la ciudad (zócalo). Al bajar del camión lo primero con lo que te encuentras son con puestos ambulantes al momento de verlos contabilice más de 10 puestos los cuales roban imagen al dios de la lluvia haciéndolo uno más de los ambulantes
REFERENCIAS:
INAH, Museo Nacional de Antropologia. https://www.mna.inah.gob.mx/historia_detalle.php?id=2
Revista Proceso https://www.proceso.com.mx/339280/ramirez-vazquez-y-la-historia-del-museo-de-antropologia
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