El jaguar y la flor están unidos inextricablemente en diversas representaciones artísticas a
lo largo de la historia de América, los vemos entre los olmecas -la relación entre la cueva,
el jaguar y el gobernante-, así como en Teotihuacán donde la pintura mural muestra
jaguares cuyas manchas tienen forma de flor, en Huaca de la Luna, Perú se distinguen
también felinos acompañados con flores y aún en el noroeste de Argentina algunas
vasijas llevan jaguares con flor.


Para estudiar las imágenes y trazar significados, el montaje -a la manera del investigador
Aby Warburg- nos permite llevar a cabo un estudio comparativo donde la relación visual y
los valores expresivos que se conservan a través de la memoria histórica nos ayudan a
comprender a los sujetos históricos. Hablamos de rastrear históricamente la imagen para
identificar posibles interpretaciones de los signos visuales.